Quiero empezar mi psicoanálisis

domingo, 2 de agosto de 2020

El narcisismo en la culpa

         
          La culpa no sólo tiene que ver con las bondades de cada uno o con la preocupación por los demás, esa que los individuos más perversos no tienen. Como otras emociones, tiene que ver con uno, con su propio narcisismo y con la función que cumple.

          Confunde esto de que en la culpa esté el narcisismo en juego porque parece que es una elección de soportar algo displacentero en uno liberando a los de afuera. No le resta nada meritorio a la persona que se culpa, pero repasando la frase anterior entendemos que la culpa es algo que se vuelca en uno. Ya tenemos la primera pesquisa para hablar de narcisismo.

          Para entenderlo bien yo preguntaría: ¿Quién se cree uno que es para sentirse culpable? Más allá de las culpas reales de cuando uno hace algo que la merece, las personas que se culpan por lo que no les corresponde se atribuyen una importancia y un poder que no les corresponde en la realidad, como una visión omnipotente infantil.

          Algo de eso protege la culpa, donde uno se siente tan culpable esconde también la creencia de los: "Y si...", "Si yo hiciera esto o lo otro o si yo hubiera hecho podría haber impedido que sucediese lo que no quería". es que esta frase solo a veces es cierta, el resto viene a negar que no lo podemos todo y que sobre lo que no depende de nosotros no podemos hacer nada, eso es lo que más duele y lo que el culpable trata de evitar. Tanto le angustia que prefiere fustigarse a aceptarlo.

          Que la culpa cumpla una función de "satisfacción" nos sorprende también pero para eso tenemos que entender que la psique se estructura por instancias y que el "yo", al que tanto poder atribuyen algunos (De ahí que uno se sienta lo suficientemente importante para sentirse culpable), no es más que el siervo del "ello", que puja por satisfacerse y del superyó, que hace lo mismo pero que se ha formado en base a "lo que se debería hacer", siendo contradictorio además, no solo te castiga por incumplir la norma sino por no satisfacerte. Es esa parte de la mente que nos frena cuando vamos a infringir algo que creemos que está mal y la misma que te empuja diciendo: "Eres un pringado que no te satisfaces". De ahí que su forma de satisfacerse sea en ocasiones ensañarse con el yo, al que le dice: "Es tu culpa", sosteniendo, como decía que el yo tiene una capacidad de acción que no tiene en realidad.

          Todo lo que no asumimos de nuestras faltas y nuestras imposibilidades se puede convertir en cargas más o menos pesadas que al fin y al cabo, sostienen una mentira. Por eso uno se libera, de algún modo, cuando acepta lo que no puede y lo que no se puede, que por suerte es lo que nos hace humanos. No se trata de ser perfectos sino de aceptarse cada uno en su finitud.


Luis Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador.

Director de: www.psicocatedra.es
Consulta: 34 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com

Skype: psicodinamika Consulta online y presencial en Madrid. También a domicilio.

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