Quiero empezar mi psicoanálisis

domingo, 16 de febrero de 2020

La isla de las tentaciones: ¿Poner a prueba el amor o ponerle pruebas al amor?

                 

"El amor es un impacto, el compromiso es una elección".



          Actualmente la pulsión escópica (la mirada) impera en la sociedad y los realities de televisión se han hecho cargo de que "mirar" la vida de otros atrae millones de espectadores. Añadiendo que hay un tema que toca a todo ser humano, como es el amor, La isla de las tentaciones ha producido un gran impacto y en vísperas de San Valentín ha generado múltiples debates.

          Los psicoanalistas, obviamente tenemos que mirar allá donde mira la gente, cuestionarnos y quizá poder decir algo al respecto, más aun sabiendo que en la consulta todo remite al amor (Ver: Somos como nos quisieron). No obstante, nadie es docto en el amor por más que todos lo vivimos (Con permiso de sabios, tertulianos y jueces de los actos, siempre de otros y no de ellos claro, como si alguien pudiese aspirar a un saber sobre el otro, su deseo y su ética).

          El argumento de dicho programa radica en poner a prueba a una serie de parejas, que en algunos casos no están pasando por su mejor momento y quieren ver si pueden confiar el uno en el otro. La prueba elegida (si es que no es la prueba la que les elige a ellos) consiste en pasar una temporada en una isla paradisiaca separados de su pareja, hombres todos juntos y mujeres todas juntas, con el único cometido de la convivencia y el disfrute. Añadiendo que a los hombres les acompañarán un grupo de mujeres de cuerpos esculturales y a las mujeres un grupo de hombres de las mismas características. Toda la estética cumple los rasgos actuales. La prueba puede empezar.

          Si se tratase de un experimento lo primero que me preguntaría es qué pensaban que iba a pasar, como si hiciese falta experimentar lo que ocurrirá si uno mete la mano en la jaula de un tigre hambriento no domesticado. 

          Entonces uno se pregunta por la concepción del amor en lo social y en estos casos concretos. Uno se encuentra en la clínica ese pensamiento/deseo de que el amor debe ser eterno o que se puede hacer algo para que lo sea. Claro, esto refracta el deseo lógico de que uno quiere hacer perdurar ese sentimiento de amor que tiene por otro. En los discursos de los participantes, y por su onda expansiva, en el hablar también de millones de españoles sobre el tema, se podían escuchar las fórmulas mágicas para que la pareja funcione y dure. Más allá de que no podemos negar que lo que uno hace influye negativa o positivamente en la pareja, no hay garantías y lo cierto es que el amor es eterno mientras dura y el deseo es deslizante, se enciende y se apaga y cambia de objeto. Eso sí, la tentación o en términos económicos, una amplia demanda puede hacer que el deseo cambie de objeto, lo vemos en Hollywood, en la gente que tiene mucho éxito y en cualquier ambiente que apunta a la perversión en este sentido, sumado a que si hay una logística que facilite la infidelidad (App´s para ligar, hoteles con anonimato, etc) no es que se ponga a prueba la pareja sino que se corre mucho riesgo de que el deseo se renueve apuntando a otra persona.

          En los miembros de esta pareja se escuchaba hablar de rutina, de haber perdido la ilusión, de hacer vida como una pareja mayor, de aburrimiento... En el otro frente: Diversión, en un escenario que da para ello (nada que ver con el día a día de una pareja que comparte un proyecto de vida), cuerpos escandalosos, ausencia de compromiso y eso que quieren llamar libertad de la que parece que el amor es enemigo, como si la elección de comprometerse con alguien no fuese en libertad. Y es que el amor y el compromiso implican renuncias (Ver: Psicoanálisis yamor: La conmoción del narcisismo). Dice una canción: "Y el amor se fue volando por el balcón, donde no tuviera enemigos" y aquí el amor de las parejas concursantes los tenía todos.

          Sorprende que a la vez que se piense que uno puede hacer algo para garantizar y hacer perdurar el deseo se acceda a poner todos los ingredientes para que esto falle. Es que la psique siempre busca satisfacción y el deseo siempre es deseo de otra cosa, necesita renovarse y lo puede hacer intercambiando el objeto, es decir, que si uno encuentra algo mejor que lo que tiene, si puede cambiar cambiará y si le falla el objeto nuevo puede, como hemos visto en el caso de Fani Y Christofer, volver al anterior perfectamente, lo que sea para buscar esa constancia, equilibrio, homeostasis que la psique necesita, que puede romperse por el impacto de una tentación o por la ausencia de lo que se tenía, comprobado en las rupturas. Esto explica como muchas veces después de una ruptura se busca rápidamente a otra persona que rellene tan grande vacío. 

          Suscribiendo lo dicho, que en el amor no hay garantías, porque no puede haber garantía de lo interno de cada quien, tengamos en cuenta que lo externo influye. Las tentaciones influyen y de hecho vemos en lo cotidiano como, a veces inconscientemente nos defendemos de ellas, engordando, anulando salidas y ambientes sociales, cancelando suscripciones a sitios de citas, borrando teléfonos, etc... 

          En mi opinión prestarse a participar en este concurso dejándose tentar, por decirlo de alguna manera pone en riesgo la pareja. Habría que ver que piensan a posteriori los concursantes. Por eso pienso que no sirve para poner a prueba el amor, como se escuchaba decir a ellos sino que más bien consistía en poner pruebas al amor y habrá que ver si hay amor que puede superar todas las pruebas, máxime cuando hay un tercero demasiado incluido en la relación, una invasión. La persona que tienes al lado puede tener innumerables características que te satisfacen e incluso enamoran, pero hay algo que no puede cumplir: Ser otro. Entiendo que una relación se pone a prueba cuando la vida empuja a ello, no cuando se elige. Me cuesta pensar en una pareja que diga: "Yo voy a vivir en reino Unido y tú en España durante dos años y así ponemos a prueba nuestra relación." Sin embargo esto se da a veces forzosamente por razones laborales y sí, se pone a prueba la relación, en muchos casos (no siempre) ocasionando infidelidades y/o ruptura, siendo buen ejemplo de lo que venimos explicando en este escrito.

          Este contexto es interesante también para analizar diversas posiciones, diferencias entre hombres y mujeres en dicho escenario y las identificaciones de quien lo ve, delatadas en los férreos argumentos defensivos o acusativos a unos y a otros, pero esto para otro texto.




Luis Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador.

Director de: www.psicocatedra.es

Consulta: 34 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com

Skype: psicodinamika / www.psicodinamika.blogspot.com

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