Quiero empezar mi psicoanálisis

sábado, 5 de diciembre de 2015

Biologicismo versus psiquismo


Fuente: www.meioambiente.culturalmix.com

         
           Aún hoy día siguen las peleas, y no digo debates sino peleas, entre los fanáticos de lo psíquico y de lo biológico. Si lo biológico determina a lo psíquico o si lo psíquico o psicológico determina a lo biológico. Justo ayer hablábamos de eso con la profesora y bióloga Rosario García Cordovilla, y entre diferentes posturas estábamos de acuerdo en que el humano es ambas cosas. No se puede estar ni sin lo uno ni sin lo otro, ni sólo con lo uno ni sólo con lo otro.

     Ella me decía que los psicólogos - psicoanalistas no deberíamos tener miedo de lo biológico, yo le comentaba que lo que me suelo encontrar es lo contrario, (aunque estoy de acuerdo con ella en que muchas veces ocurre), justamente el miedo a lo psíquico, a la subjetividad propia, al inconsciente determinante y a lo que inexorablemente implica esto: a la responsabilidad del sujeto frente a eso que determina el inconsciente, es decir, a la llamada a la acción que el goce realiza, a la llamada de saber, es decir, decidir saber o no sobre el deseo, el goce, sobre lo que esconde el síntoma... En definitiva miedo al diván, y más en España (ver: ¿Cuándo se va al psicoanalista?), un miedo que me encuentro incluso entre los psicólogos, lo cuál es absurdo y patético. 

     Este miedo lo veo traducido en ese afán de volver al mito, pero enmascarado en ciencia de los que, evidentemente no saben de ciencia sino que se vuelven religiosos, de responder todo lo que no saben con el "comodín" de la biología: impulsos eléctricos, reacciones químicas, conexiones neuronales.., las cuales nadie niega que estén, pero no son la respuesta de todo, porque la respuesta de todo no la tiene nada ni nadie.
    
     Lo que veo es que muchas veces se intenta explicar con algo "superior" por ejemplo con las conexiones eléctricas, algo que ya está explicado desde lo psíquico, y no se hace para complementar, sino para anular lo que no se quiere ver, como si fuese un desplazamiento en un sueño pero en vigilia, una negación. Y hablando de sueños, en el debate de la charla sobre los sueños del pasado 27 de noviembre,
la primera observación que se me hizo fue que la mente es un entramado de circuitos eléctricos y los sueños respondían a conexiones eléctricas y que en algún futuro llegaríamos a saber qué significan. Parece que estaba apoyando las opiniones de teóricos antiguos de que los sueños son simples procesos somáticos, autores que ya estudió Freud, que sí dio un significado (individual de cada uno) a los sueños, como expliqué. Y es que, lo quieran o no, sí se sabe mucho sobre los sueños, y lo que se sabe no necesita recurrir a conexiones eléctricas, como bien dijo Sergio Alonso Ramírez, la subjetividad se imprime en el cuerpo, en los sueños, en estrés, en una úlcera, en un síntoma histérico, etc. Pueden decir: un sujeto deprimido tiene baja la dopamina, luego la causa de la depresión es tener baja la dopamina; pero si se le muere alguien querido también le va a bajar la dopamina y la dopamina no le va a solucionar la muerte de ese ser querido. Sí, suena obvio, pero es que lo que implican las conclusiones absurdas del biologicismo radical, que de radical que es traiciona hasta a la propia biología son ese tipo de afirmaciones, que llevan al sujeto común a pensar cosas como que las drogas curan (así se sostiene la industria farmacológica), a la obsesión por las clasificaciones y por ponernos etiquetas para luego aplicarnos la droga correspondiente, al delirio de querer controlar lo incontrolable.Ojalá las drogas curasen, pero ¡las drogas no curan!

    Y es que ni los pensamientos, ni los axiomas, ni las certezas son inocentes, y mientras los profesionales seguimos peleándonos por lo absurdo, eso se traduce, como si fuese el efecto mariposa de la idiotez, en lo absurdo de la vida cotidiana. Basta de vender lo que no es.

     Probablemente una de las causas de esto es que ni los psicólogos se forman lo suficiente en biología ni los biólogos en psicología, eso sí, ninguno de los dos se forma en psicoanálisis, ese punto lo tienen en común. Pero si entendemos que el humano es las dos cosas, no podemos ignorar en nuestra formación ninguna de las dos cosas.

    Ya dijo Freud hace más de 100 años, y él era médico - neurólogo, que ni lo biológico determina a lo físico ni al revés. Y eso es lo que decimos hoy, no sabemos si hay una proporción de 50 y 50 o no, pero como decía, el humano es las dos cosas. Los psicoanalistas podemos llevar a la biología al diván, pero sin la biología no hay ningún humano que pueda construir ningun diván. Eso sí no hay ninguna conexión eléctrica que pueda explicar como una paciente sólo lega al orgasmo si se masturba con una botella de Don Perignon.



     Parece que los radicales anti-subjetividad, que tan bien responden a la demanda capitalista actual que les pide justo eso: dejen de ser individuos subjetivos para ser miembros del rebaño; dejen de ser individuos; dejen de ser.., parece, decía de que no se han dado cuenta de que si anulamos/renunciamos a la subjetividad del sujeto, no podremos ser tampoco un ser biológico, simplemente no podremos ser.

     Y así, actualmente prima más la conexión eléctrica frente al sueño, la secrección química frente al amor, pero también el TDAH frente al niño y el hombre máquina frente al sujeto. Y como decía Erich Fromm en: "El arte de amar", se trata de generar identidad, pero no una identidad individual, sino una colectiva en la que seamos todos "idénticos", predecibles y manejables.
     


Luis Martínez de Prado.
Psicólogo - Psicoanalista.

Consulta: 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com

Arte: Erik Johansson.

http://www.erikjohanssonphoto.com/




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