Quiero empezar mi psicoanálisis

jueves, 28 de septiembre de 2017

Yoga y otros remedios ¿Para curarse o para soportar la enfermedad?



               Los tiempos de los que datan las primeras lecturas de la obra de Freud (1.886 aprox. en adelante) nos muestran cómo intentaban curar los médicos, marcados por un materialismo médico, como el propio Freud (No un materialismo dialéctico porque todavía no se daban cuenta de la interacción con lo social, no había una dialéctica con la cultura-sociedad y como ésta afectaba a las personas) y un intento de curar desde lo físico. Asi, nos encontramos con curas de baños, corrientes eléctricas entre otros, que si bien provocaban efectos en los sujetos, no servían para curar. 

          Ahora bien, si nos trasladamos de nuevo a nuestra época (2017), estos tratamientos no están tan anticuados, las curas de baños son muy semejantes a los Spa de hoy en día y hay que añadir yoga (occidentalizado), piedras, varios tipos de masajes, hipnosis y un largo etc.

          Pero detengámonos en el punto del principio, los médicos eran materialistas médicos, mecanicistas, pero no eran tontos, estos métodos se usaban por una razón. Al principio decía que generaban efectos en los pacientes. Las curas de baño-Spa por ejemplo servían -para las mujeres que iban, porque eran en su mayoría mujeres y con dinero, las pobres iban directamente a manicomios- para quitar incluso los síntomas, sí, se quitaban, parece magia. ¿Cuál era el problema? Que cuando volvían a casa los síntomas volvían...

          ¿Qué había pasado? Que a los médicos se les estaba aún el concepto de inconsciente y el malestar en la cultura tal y como posteriormente nos lo describió Freud.

          El hombre y la cultura están condenados sí o sí a estar en conflicto permanente porque la cultura, el vivir en comunidad implica que los sujetos de la cultura frenen sus pulsiones, renuncien a una parte de su satisfacción para adaptarse a los demás. Esto, si bien genera que podamos trascender provoca una insatisfacción permanente que es lo que hace que el hombre psíquicamente enferme. Las personas no se adaptan a la cultura y renuncian a sus satisfacciones sin más sino que ese "incivilizado" que llevan dentro va a pelear siempre por salir. 

          Dicho esto, en la cultura se puede tener un malestar o un malestar grave y muy grave que hace que el sujeto desarrolle síntomas, que no son otra cosa que formaciones de compromiso entre el yo incivilizado y el yo que ha incorporado la cultura para satisfacer a ambos, una satisfacción parcial, por eso, a más restricción de la cultura más síntoma.

          Esto es lo que le pasaba particularmente a la mujer de aquella época, cohibida, reprimida, sin apenas poder de decisión, sufría de un cautiverio psíquico que la hacía enfermar. Por eso es importante entender el papel que está llevando a cabo la persona en el escenario de su vida y la posición simbólica que ocupa (Sometido, sometedor, ambos, falo del otro, etc...). Cuando regresaban a su escena más íntima volvían a enfermar. Es preguntándose por todo esto como Freud llegó a través de varios escalones a la asociación libre donde escucha al paciente para que le cuente, no sin dificultades, que es lo que realmente le pasa. 

          Freud escuchó pero no fue tan escuchado por muchas de las disciplinas que tratan paciente, ya que hoy se recomienda el yoga, la relajación, los spa, los masajes,el magnesio e innumerables terapias para "curar", que no curan. Como relataba un paciente que ante los efectos de la repetición de una escena particular que le angustiaba la madre le decía que hiciese meditación y yoga como los orientales, que por algo la habían desarrollado.

          El yoga, la meditación y demás no son cosas perjudiciales, al contrario. Lo perjudicial es usarlas para lo que no son. Entonces hay que distinguir si uno lo practica para estar mejor o para hacer soportable su enfermedad y justamente no hacerse cargo de ella. Por eso los psicoanalistas trabajamos con la angustia, porque con la angustia el sujeto se da cuenta de lo que se le repite, de lo que le pasa y puede hacer consciente lo inconsciente para poder cambiarlo. Justamente el no poder más es lo que le va a llevar a cambiar (Ver: Cuándo empezar un psicoanálisis).

          El síntoma es una satisfacción parcial e inconsciente y la enfermedad en general, esa escena patológica conlleva también un goce inconsciente que hay que descifrar, es decir, que el sujeto, en una parte de él está disfrutando de la escena por más que por fuera le haga mal (Ver: El goce. Psicoanálisis).

          Dicho de otra manera, cuando el goce es insoportable tenemos una oportunidad de entrar a él. Si se ponen herramientas para que las consecuencias del goce puedan sobrellevarse mejor, en vez de métodos para que el sujeto pueda decidir hacerse cargo estaremos colaborando a que el sujeto siga enfermo.  

          Sin despreciar para nada los posibles beneficios del yoga, la meditación y demás, muchos yoguis auténticos nos dirán que el yoga en occidente es casi imposible, porque una vez "capitalizado" entra en un sistema que no es curativo desde la subjetividad de las personas sino que es una forma más de normalizar y hacer común un método vendido como los productos del capitalismo como una forma de recuperar la plusvalía, la falta, más psicoanalíticamente, sin permitir que el sujeto justamente, como explico en: La castración: No querer renunciar a la completud, que se trata de asumir que no somos completos pero que no por ello no podemos ser felices y que ese malestar que impone la cultura y esa satisfacción a la que renunciamos no quiere decir que no podamos disfrutar de una vida y realizarnos.


Luís Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador.


Consulta: (34) 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com / Skype: psicodinamika

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Quiero empezar mi psicoanálisis: www.psicodinamika1.blogspot.com   

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