Quiero empezar mi psicoanálisis

jueves, 15 de febrero de 2018

Psicoanálisis y amor: La conmoción del narcisismo



                                                                                              "El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo".
Sigmund Freud.



               Siempre se trata de un problema de amor y con eso trabajamos los psicoanalistas, con una problemática que pone al sujeto en juego, porque en cuanto hay un otro/s el sujeto está en juego y lo que se pone encima de la mesa es el narcisismo. Todo el mundo sabe de amor aunque quizá saber es demasiado pretencioso, pero lo que sí sabemos es que todos hemos vivido el amor, es más, todos vivimos de amor porque eso es lo que nos hace sujetos... sujetos al amor entonces en tanto que somos el deseo del Otro, que no es poca cosa, el Otro nos desea, nos ama, nos trae y nos da vida. Con este deseo se construye el deseo propio y se nos erotiza haciéndonos queribles y amadores hacia adelante, hacia el mundo de afuera del Edipo. 

               A través de este baño de amor se construye también el narcisismo, necesario, con todo lo anterior para ser sujetos, personas, para estructurarnos. 

               O sea que el amor nos erige pero pone en juego lo que el amor nos ha proporcionado que es la inyección de narcisismo. Es lo mismo que decir que el amor desestructura, "nos mueve el piso" dirían los argentinos. No se me ocurre mejor expresión para ese impacto en el inconsciente que es el enamoramiento. Sí, un impacto a un nivel que se escapa a la consciencia, lamentablemente, por lo que parece, para los que quieren sostener que el amor de alguna forma se determina por lo consciente queriéndole otorgar al yo de un poder que no tiene. Por tanto, el enamoramiento no se elige, se maneja como se puede pero no se elige.

               Por todo esto la problemática del sujeto aflora cuando entra en la escena del amor, nadie se libra de esto, nadie se escapa. Pero como siempre al humano le cuesta aceptar "la falta", su incompletud que siempre está de manifiesto pero que con esto del amor , que nos deja en pelotas, queda a la vista de todos. La teoría tampoco deja de ser víctima de las desesperaciones de sus autores y encuentran lo que el sujeto anhela, anhelo compartido en comunidad, no sufrir de amor... qué sino. 

               De esta forma se tergiversan filosofías ascetas, orientales, budistas, etc, para fomentar amores donde el narcisismo no se pone en juego. Es decir, el amor debe ser ideal, una escena de amor donde las dos personas van de la mano pero no aparecen miedos, reclamos, celos, tambaleos, que es justamente lo que el amor implica. Plantea a dos sujetos totalmente "equilibrados", fuertes, donde no pasa nada y lo que pasa se resuelve porque nada del narcisismo se conmueve, nada duele porque "yo estoy entrenado y trabajado para no sufrir". La trampa de esto es que lo que se fomenta es una pareja donde cada uno se mira a sí mismo en vez de mirar al otro y hacia adelante, se transforma en un amor a uno mismo no en un amor a la pareja, lo cual implica miedo inevitablemente porque depende de que el otro te elija... cada día y puede, en un momento no elegirte más.

               De la misma forma parece que se obliga al sujeto a ser un espartano del amor, no debe sufrir porque no pierde nada, porque uno es su media naranja y la otra, uno debe ser completo, no necesita nada ¿Entonces para que una pareja? Según esto sólo cuando el sujeto está lo suficientemente completo es cuando está listo para una relación. Cuando el realidad el sujeto puede amar cuando sabe de su incompletud, ama porque está en falta.

               El amor debe ser libre, porque sino no es amor, pero desde las tendencias teóricas que capitalizan hasta el amor y el deseo, encarcelándolo paradójicamente, se clama por una libertad perversa, donde el otro no puede ocupar un lugar en nosotros porque entonces nos desestabiliza, nos rompe la completud, nos desnuda y nos castra. Y de eso no se quiere saber nada. El mensaje perverso fetichista del capitalismo nos invita a usar al otro como una muñeca o muñeco inflable y a una masturbación compartida. hacer el amor, pasa por otros derroteros.

               Y esto no sólo se cuela en el amor sino en todos los aspectos de lo social, las amistades, lo laboral, la educación, el consumo, etc... No por nada la sociedad a pasado a un individualismo supremo que a veces parece derivar en autismo, en no poder conectar con el otro, lo cual altera totalmente el proceso que explicaba al principio.

               No negamos por eso las patologías del amor, cuando lo posesivo se vuelve sometimiento, los celos cortan las alas o cuando el maltrato aparece en escena. Seguiremos hablando del tema. Pero negar lo que el amor implica implica matar el amor. Normalizar el amor es como pretender cuantificar el deseo, aún así lo real aparece siempre y nos golpea. Afortunadamente en el amor somos vulnerables y eso es lo quenos hace amar y ser amados, como decía una frase en aquella canción: "Esa sonrisa tan rara"

               Pronto se colgará por aquí el audio de la conferencia: Psicoanálisis y amor: Somos como nos quisieron, que hace referencia al texto de mismo nombre: Somos como nos quisieron.


Luís Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador. 


Director de: www.psicocatedra.es

Consulta: (34) 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com / Skype: psicodinamika www.psicodinamika.blogspot.com

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