Quiero empezar mi psicoanálisis

sábado, 28 de octubre de 2017

La histeria II: Derribando a un hombre para sostener a otro


               
               En el anterior texto hablábamos de esa mirada que se buscaba en la histeria para volver hacia atrás (Ver: La histeria I).  Pero digamos que como toda neurosis es infantil, todo síntoma va a tender a lo infantil y toda vuelta a lo infantil remite a lo edípico. En la histeria vamos a encontrar esta vuelta al padre de diversas formas.

                Puede ser difícil de entender lo que dicen los analistas de la histeria: Que se pone en el lugar del hombre, aclaremos, principalmente que es cuando está en síntoma. Pero una pregunta que me parece importante sería: ¿A quién protege cuando se pone en lugar de hombre? Evidentemente a papá. Para conseguir hacer esta vuelta necesita defenderse de lo que tiene adelante. En el anterior escrito veíamos como una de las formas era vincularse en relaciones de pareja imposibles que evidentemente la permitían volver hacia atrás, es decir, cada fracaso amoroso es en realidad un triunfo que justifica: "Es que nadie me va a querer como papá". Esto permite una vuelta sin culpa o por lo menos disminuyendola. Para ello suelen juntarse con una pareja lo suficientemente anulable o anulada, por lo menos como adulto, porque así no se destrona a papá, que es lo que verdaderamente da culpa.

               Es que si ese a quien elige si plantea amor y compromiso hacia adelante, surge el problema evidente de que se le reclama como adulta y la escena le impone abandonar una posición infantil. Es decir, se produce una pelea entre dos hombres. Aquí vamos a entender como la histérica se pone en el lugar de hombre, ¿Cómo? anulando al hombre de delante (al que no es papá), despojándole del falo. 

              Así, como si fuese un muro, la histérica tira piedras al muro del hombre hasta que lo quiebra. Ataques histéricos (de insatisfacción), reproches, acusaciones, desplantes y un largo etc, por ejemplo poniéndose muy masculina en la cama, que si bien puede encajar con algunos, con otros muchos no. Depende del hombre que tenga enfrente y de como tolere el sufrimiento de estas piedras y su personalidad -quizá un obsesivo sufre mucho porque quiere satisfacerla a toda costa y es un imposible, o en el otro extremo alguien muy prepotente que la trate despóticamente como la trataba el padre y ahí se queda más tranquila (depende del caso)- se quiebra y no soporta los ataques, el muro se rompe, ahí perdió lo fálico, lo que para la histérica le hacía fálico. Es ahí donde la histérica puede decir: "Ya no me gusta, es que no es lo suficiente hombre". Se podría decir que ella le trata a él como el padre le trataría a ella, lo impotentiza y se cobra de tributo el falo, robándoselo a la misma castración.

               Y es que por más que hablemos de muros en realidad hablamos de sujetos deseantes que habían puesto algunas o muchas expectativas en ese objeto de deseo - amor, por eso el ataque continuado, el sentirse sitiado ante quien debería "quererle bien" se hace insoportable para él. Pero para la histérica, por más que por fuera también sufre la pérdida, se resarce con una ganancia del anhelo infantil. Y es que ningún hombre es tan fuerte como papá, ningún muro tan fuerte como él. Nunca la realidad será más fuerte que la fantasía, nunca el padre que se fantaseó de niña podrá ser superado por lo que se encontrará después, pero sino puede castrarse y pasar a la adultez se quedará enganchada a la fantasía de lo que no es, a la fantasía de lo que en realidad nunca fue pero fue lo bastante como para dar lugar a fantasear que sí puede ser.

               En base a esa fantasía se repite y se repite, pero muchas pacientes, a través de su análisis se dan cuenta de esa repetición y consiguen hacer la renuncia para por fin, poder construir algo de verdad, del orden de la realidad.


Luís Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador.

Consulta: (34) 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com / Skype: psicodinamika www.psicodinamika.blogspot.com

Quiero empezar mi psicoanálisis:
www.psicodinamika1.blogspot.com

          

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